La Misa Criolla cumple este año medio siglo de haber sido estrenada por Ariel Ramírez y Los Fronterizos, pero su frescura y su vitalidad no sienten el paso del tiempo. Cuando a la estructura central de esta magistral obra se le suma un entorno conmovedor, su fuerza se potencia.
Así lo podrán comprobar mañana, desde las 16, quienes concurran al cerro San Javier, cuando a los pies del Cristo Bendicente, Zamba Quipildor (foto) entone sus versos acompañado por el coro de la parroquia Nuestra Señora de la Caridad. La entrada es libre y gratuita.
El cantante fue uno de los grandes acompañantes de Ramírez en las presentaciones de su trabajo cumbre, y lo tiene incorporado a su repertorio. Es unánimemente considerado uno de los grandes intérpretes de esta obra conceptual.
El autor (fallecido en 2010) trabajó con textos de diferentes momentos de la liturgia católica (renovada a partir del Concilio Vaticano II), con la ayuda de los sacerdotes argentinos Osvaldo Catena y Alejandro Mayol, y los convirtió en canciones con distintos ritmos musicales del país. El Kyrie es una baguala y vidala; la Gloria, un carnavalito; el Credo, una chacarera trunca; el Sanctus, un carnaval cochabambino; y el Agnus Dei toma un estilo de la Pampa Húmeda.
La Misa Criolla suele representarse en todo el país en fechas del calendario católico. Por ejemplo, la cantará el miércoles el coro argentino MusicaQuantica, único seleccionado por América Latina para representar a la región en el 10° Simposio Mundial de Canto Coral.